domingo, 15 de abril de 2012

El Muralismo y la Medicina. Francisco Eppens Helguera.

Nuestra  nueva  entrada  y  algunas  de  las  siguientes  versaran  sobre  el  muralismo  y  su  relación  con  la  medicina. Diego  Rivera  y  David Alfaro  Siqueiros  fueron  dos  de  los  mejores  muralistas  del  país  y  para  quienes  la  medicina  en sus  murales  no  paso  desapercibida,  ya  que  fue  tema  de  algunas  de  sus  mejores  obras,  pero  en este  caso  quiero  escribir  sobre  un  muralista  no  tan  conocido  como  los  dos  primeros, que  sin embargo  realizó  una  gran  obra  en  la  Facultad  de Medicina  de  la  UNAM, el  maestro  Francisco  Eppens  Helguera.


Francisco Eppens Helguera.


Francisco Eppens Helguera murió en  1990 en la Ciudad de México, había nacido 77 años antes, un primero de febrero  en San Luis Potosí. Dedicó su vida al arte y dejó una serie de creaciones que dan prueba de ello, como lo es el mural “La vida, la muerte, el mestizaje y los cuatro elementos”, creado en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autonóma de México.
Mi alma mater es la Universidad de Guadalajara, y es una lástima que sólo en uno o dos lugares de la vasta superficie territorial de la Universidad existan muestras de arte dignas de ser elogiadas, viene a mi mente el Paraninfo de Rectoría, pero nada mas. Sin embargo en la UNAM deben estar muy orgullosos de contar con tantas muestras artísticas, en lo referente a pintura y escultura, tan solo en su campus universitario, muestra de ello es el mural que hoy pongo a su consideración.
Por muralismo se entiende al movimiento artístico mexicano de principios del siglo XX que se distinguió por tener un fin educativo y se le consideró esencial para poder unificar a México después de la Revolución. A través de los murales se proyectó la situación social y política del país post revolucionario, empleando paredes de lugares públicos donde la gente sin importar raza y clase social pudiera acceder. Se caracterizó desde su nacimiento por tres valores fundamentales: lo nacional, lo popular y lo revolucionario. Inició en 1922 por  instancias del Rector de la Universidad Nacional de México y después  Secretario de Educación Lic. Jose Vasconcelos.
El mural del maestro Eppens en Ciudad Universitaria representa la concepción cosmológica y teógonica de nuestros ancestros indígenas, simboliza en la vida y la muerte los cuatro elementos, agua, tierra, aire y fuego y al mestizaje. El mural es visible desde que uno tiene en su campo visual a la Facultad de Medicina y va tomando fuerza conforme la distancia se acorta. De manera muy sintética el autor logra representar diversos elementos de alta carga simbólica. El mural fue recubierto de mosaicos desde su inicio y concepción.
Mural "La vida, la muerte, el mesizaje y los cuatro elementos"
Ciudad Universitaria 1954
Universidad Nacional Autónoma de México.

La idea de realizar el mural surgió en 1953, cuando por petición del arquitecto Roberto Alvarez se encomienda la obra al maestro Eppens. El mayor reto para su realización fue la superficie curvada donde se ubica; la solución fue hacer losas precoladas de concreto de una dimensión de un metro de largo por 25 centímetros de ancho, dando así la curvatura del muro exterior. La superficie total de esta obra es de 20 metros de altura por 18 metros de base.
En dicho mural se observa una serpiente que se muerde la cola, el símbolo de la eternidad que encierra a toda la composición, junto una calavera que devora a la mazorca de maíz de la cual se dice, se formó el primer ser humano, la dualidad implicita de vida y muerte, de principio y fin.
 De los cuatro elementos, el agua está representada en la parte inferior por ondas armadas de discos de jade; el chalchihuitl que simboliza para los prehispánicos la idea de lo precioso. El rostro de Tláloc, dios del agua mostrando sus ojos serpentinos y las fauces atrigadas que lo caracterizan en medio de diversos seres acuáticos como el caracol, el pez, la pulga de agua y el ajolote.
Plazoleta de la Facultad de Medicina.
Ciudad Universitaria.

Del aire, ubicado en las franjas laterales en azul oscuro, pueden apreciarse mariposas, al águila e importantes figuras representativas de la  mitología azteca, que por mucho tiempo fueron la fuente de inspiración de los códices indigenas.
La tierra, en el centro y parte superior, simbolizada por los senos flácidos, exhaustos de “amamantar vida a los dioses y a los hombres”, de la Coatlicue, la madre tierra precolombina, en cuyo seno se nutren los árboles y las plantas, que por su forma de representarse en el  mural parecen inspirados en el Códice de la Cruz Badiano, de quien ya estamos preparando una entrada, debido a la importancia y riqueza de dicho Códice para la medicina.
El fuego expresado en la parte superior por las llamas de los soles mayas. En el centro del  mural una cabeza de apariencia escultórica constituida por la unión de tres rostros, el de la madre indigena a la izquierda, el del padre español a la derecha y en medio el rostro del hijo mestizo.
El Mestizaje está sintetizado  donde aparecen dos manos extendidas que recuerdan el collar de la Coatlicue. En la palma de la mano al lado correspondiente del rostro de la madre indígena está una semilla de germinación y en la palma de la otra mano, representando al padre español, se observa el polen fecundador.
El mural se encuentra a la intemperie, en una gran fachada que domina una plaza, las losas en que se realizó el mural fueron ancladas al muro, quedando como un mural desmontable, la obra se realizó utilizando mosaico de vidrio que se producía en la Fábrica “Mosaicos venecianos de México S.A.” en Cuernavaca, Morelos. El maestro Eppens comentaba que a  falta de mosaico color verde se tuvieron que comprar platos de vidrio de ese tono para romperlos a pedazos y colocarlos en las partes del mural donde se necesitaban.
Facultad de Medicina.
Universidad Nacional Autónoma de México.

El maestro Francisco Eppens se trasladó a muy corta edad a la Ciudad de México para ingresar a la Escuela  Nacional de Artes Plásticas en 1928. Un año después abandonó dicha escuela para dedicarse a la pintura por su propia cuenta, y aplicó su habilidad en el dibujo y en el color, a factura de carteles y más tarde a la de timbres postales, donde desarrollo toda una escuela durante casi treinta años.
Le debemos al maestro Eppens el mural de la Facultad de Odontología de la misma UNAM  y los paños  pintados en el cubo de los elevadores del Hospital Infantil de México. En 1962 obtuvo el primer premio en el concurso para los murales en mosaio del nuevo edificio del Partido Revolucionario Institucional, que realizó al año siguiente.
En 1968 por encargo del secretario de Gobernación Lic. Luis Echeverría Alvárez de triste memoria para el país, el artista realizó los proyectos para el Escudo Nacional vigente tanto en blanco y negro para su imoresión, como en alto relieve para la moneda y en color para el lábaro patrio, ejecutando también el modelo para la Bandera Nacional.


Alegoría del Escudo Nacional y el maestro Francisco Eppens.

El maestro Eppens siempre estuvo orgulloso de su mural mosaico de la Facultad de Medicina, de hecho según especialista se trata de su obra mejor lograda,  orgullosos también  están todos aquellos que han pasado por dichas aulas y los que de una u otra forma formamos el gremio Médico.






domingo, 18 de marzo de 2012

Los Médicos en la pintura de Frida Kahlo 2 parte.

La segunda entrada de este blog continua el tema de la relación de la extraordinaria Frida Kahlo con sus médicos, toca en esta ocasión el turno al Dr. Juan Farill, que junto con el Dr. Leo Eloesser fueron los dos médicos a quien pintó autorretratos dedicados, no hagamos más extensa la introducción y entremos en tema.

Autorretrato con traje de terciopelo. Frida Kahlo.
Oleo sobre masonite. 1926.
Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón murió el 13 de Julio de 1954, a los cuarenta y siete años en su casa estudio de Coyoacán, actualmente dicha casa estudio es un santuario a donde acuden todos los interesados en la vida y obra de esta extraordinaria, única y singular mujer. Muy a tono con el Día Internacional de la Mujer, esta entrada va dedicada a todas esas mujeres extraordinarias que con su quehacer diario dignifican a la especia humana.
Como ya vimos en la primer entrada de este blog, la vida de Frida Kahlo estuvo plagada de una serie de padecimientos  provocados por el trágico accidente del 17 de septiembre de 1925 cuando solo contaba con 18 años y que le mantuvieron el resto de sus casi 30 años bajo la tutela de médicos y enfermeras,  Raquel Tibol , la más experta critica de arte actualmente en México y quién vivió en la casa azul de Coyoacán por algun tiempo antes de la muerte de Frida, recoge en su magnifico libro “Frida Kahlo Una Vida Abierta”, la historia médica que le realizó en 1946 la médica alemana Henriette Begun, ahí nos dice que:
“1931: En San Francisco, California, es reconocida por el Dr. Leo Eloesser…en esa época aumenta el dolor en el pie derecho, aumenta considerablemente la atrofia en pierna derecha hasta el muslo, se retraen los tendones de dos dedos del pie derecho, dificultando mucho el caminar normalmente. El Dr. Leo Eloesser”… (quien llegaría a ser su médico de cabecera, confidente y gran amigo)"diagnóstica deformación congénita en columna, dejando como secundarias las causas del accidente. Se toman radiografías que acusan escoliosis considerables y aparenta fusión de la tercera y la cuarta lumbares con desaparición del menisco intervertebral…”
“1932: En Detroit, es atendida por el doctor Pratt del Hospital Henry Ford, del segundo embarazo (cuatro meses), habiendo tenido un aborto espontáneo a pesar de recurrir al reposo y varios tratamientos..” La relación de la vida obstetrica de Frida y la pintura es todo un tema para un posible y póximo blog.
“1939: A finales de este año tiene dolores intensisimos en la columna vertebral. Atendida en México por el doctor Farill, la deja en reposo absoluto, con peso de veinte kilogramos para extensión de columna. La visitan varios especialistas aisladamente; todos aconsejan operación de Albee. El Dr. Leo Eloesser se opone…”
Es en este año de 1939, cuando conoce por primera vez al Dr. Juan Farill, en la siguiente década Frida estará en manos de varios de los mejores especialistas de México en Ortopedia, como el propio Dr. Farill y el Dr. Velasco Zimbrón, sin dejar de tener contacto con el Dr. Leo Eloesser de quien confiaba para todo respecto a su situación médica y personal, pues como ya vimos en la primer entrada de este blog, fue precisamente el Dr. Eloesser quien convenció a Diego Rivera que volviera a casarse con Frida Kahlo por segunda vez después del primer divorcio de ambos.
Frida Kahlo con corse de yeso.
Casa de Coyoacán.
En un singular ensayo firmado por Réka M. Cristian titulado “Culturas de Identidad: las imágenes en movimiento de Frida Kahlo”, la especialista analiza la pelicula “Frida”  de Julie Taymor, y dentro de este contexto realiza aseveraciones sobre la relación de los médicos con la Frida paciente, nos dice por ejemplo que “ las breves tomas de la cinta solo aluden crípticamente a la relación verdadera, múltiple de largo tiempo y muy intensa entre la paciente protagonista y los médicos…la figura del padre támbien está intrínsecamente ligada a estos hombres ya que fue su determinación, dada la enfermerdad de Frida, la que trajo a los médicos a la casa de los Kahlo. ..La relación de Frida con sus médicos representa elementos similares a la relación de la protagonista con su padre e indirectamente señala un proceso primordial del sentimiento de transferencia…”continua mas adelante “la cinta evita centrase en el nexo problemático entre Frida y sus médicos, así como profundizar en el tema de la trasferencia freudiana del amor, que a impregando la relación galeno paciente en el caso de la artista mexicana…”
En el ensayo de Annette Ramírez de Arellano y Servando Ortoll  titulado “The Art of Being (A) Patient” especifican el trasfondo de estas relaciones sobre la vida artística de Frida Kahlo como paciente involucrada, en el articulo los autores escriben acerca del sindrome del barón de Munchausen que abunda en los sintomas sicosomáticos histéricos que parecen haber impregnado la relación excentrica de Frida con sus doctores. El sindrome consiste en que la paciente se involucra sentimentalmente con los médicos que la curan y que mantiene una dependencia fisica con su galeno.
En 1951, Frida fue intervenida quirúrgicamente por el Dr. Juan Farill, el eminente médico mexicano fué todo un especialista en el área de la Ortopedia y  Traumatología, jefe del Departamento de Ortopedia de la Universidad México, tenía en esa época 49 años, 5 más que su paciente. Le realizó una serie de siete operaciones en la columna vertebral, Frida permaneció hospitalizada durante 9 meses en el Hospital en la Ciudad de México, en noviembre por fin se sintió con ánimos de pintar y el resultado fue un autorretrato dedicado al Dr. Farill. “Estuve enferma durante un año, siete operaciones…y el Dr. Farill me salvó…” escribió en su diario. El hecho de que dio crédito al Dr. Farill como su salvador explica el hecho de que la pintura fue realizada como un "ex-voto" o retablo. En la pintura el Dr. Farill aparece en el lugar en que normalmente lo haría un santo y  Kahlo como la desgraciada victima que a sido salvada. Frida confinada a una silla de ruedas, pinta con su propia sangre utilizando su corazón como una paleta… quizá su manera de decir que pinta desde el fondo de su corazón. Los pinceles que sostiene fuertemente en su mano parecen más instrumentos quirúrgicos o flechillas. Esta pintura así como las realizadas en agradecimiento al Dr. Leo Eloesser guardan una cierta similitud, con la hermosa pintura de Francisco de Goya y Lucientes, en su “Autorretrato con el dr. Arrieta” y que en su magnífico blog Medicina, Historia y Arte, el Dr. Francisco Doña ya nos ha hablado de la relación del pintor con su médico en la entrada del 13 de noviembre del año pasado.

Autorretrato con el retrato del Dr. Farill. Frida Kahlo
Oleo sobre masonite. 1951
41.5 x 50cm.
Colección Privada.


Un dato por demás curioso del "Autorretrato con el  retrato del Dr. Farill". En dicho óleo Frida se pintó con un huipil zapoteco de lujo de Yalalag, con aplicación de trencilla y flecos de artisela en hilo morado y una falda en tafeta de seda, dicho atuendo, forma parte de la colección de vestidos y atuendos que aún hoy se están conservando y catalagando, la publicación en 2007, del lujoso libro “El ropero de Frida”, dio a conocer la extraordinaria historia de estas vestimentas, la calidad de sus telas y costuras, lo artesanal de su indumentaria. Resguardados en el interior de un baño de la casa estudio de Frida Kahlo, sobrevivieron a rasgaduras, roturas, descocidos y manchas de origen órganico e inórganico, envuelto en un olor extraño, mezcla de humedad, polvo, medicinas y tiempo por cinco decádas, como lo exponen en la introducción de dicha publicación, las autoras del libro.

Frida Kahlo y el Dr. Juan Farill.
Casa estudio de Coyoacán. 1951

En 1952, Frida viajó a ciudad de Puebla para restablecerse, ahí fue atendida por el Dr. Rafael Mendívil, alumno del Dr. Farill y en quien confiaba plenamente para dar seguimiento al tratamiento de la artista mexicana, la pintora se sintió bien cuidada por el joven profesional de 37 años y demostró una gran confianza en él como médico, dibujandole en agradecimiento una mano con lápices de colores, dedicada y que dice: “La mano de Frida Kahlo para el Dr. Mendívil cariñosamente y por la paz dentro de la Cirugía”.
Dos años después los restos mortales de la extraordinaria artista mexicana serían velados en el Palacio de Bellas Artes, el más grande recinto cultural del país, el cortejo funebre sería presidido por el  gran muralista y su compañero de vida, Diego Rivera.


Para leer mas: Tibol, Raquel. Frida Kahlo Una Vida Abierta. Ed. Oasis 1983. México DF.
Cristian M. Reka. Culturas de Identidad: Las imágenes en movimiento de Frida Kahlo. Estudio sobre las culturas contemporaneas. Dic. 2006. Colima México. Red de Revistas de America Latina y el Caribe, España y Portugal.

domingo, 4 de marzo de 2012

Los Médicos en la pintura de Frida Kahlo

Este espacio estará dedicado a la relación que las artes en general, en este caso la pintura y una de sus más grandes exponentes tuvieron con la medicina. No aspiro a encontrar el hilo negro o hacer revelaciones que sean ya de dominio de los especialistas, simplemente quiero hacer del conocimiento de los profesionales médicos principalmente pero de todos los que accedan a este blog el como una ciencia como la medicina, tiene muchas e intrincadas relaciones con las artes. Una de ellas es la que expongo a continuación a su consideración.
Dedicado a mi amiga Raquel Gónzalez Burns. Médico  Psiquiatra y amante de las artes.

Autoretrato con vestido rojo y dorado.
Frida Kahlo.
Oleo sobre lienzo. 1941.
37.8 x 26.9 cm.
Colección Jacques y Natasha Gelman. Ciudad de México.



Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón murió el 13 de julio de 1954 en su casa estudio en Coyoacan, lugar donde había nacido 47 años antes. Una de las mas grandes pintoras de México, cuya vida estuvo marcada por el sufrimiento y el dolor y que además tuvo una relación con los médicos y la medicina si bien dolorosa tambien vital.

En el pequeño pero significativo libro de la gran critica de arte Raquel Tibol, “Frida Kahlo una vida abierta”, hace una descripción de la maravillosa artista mexicana como sigue:
“¿Cómo era Frida? Era un reactor de alto potencial que emitía descargas constantes. Conocia la vivencia mas profunda de eso que llamamos entusiasmo. Necesitaba la exaltación que se trenza con el amor, la alegría y la verdad. Ornamentaba la verdad, la inventaba, la desmenuzaba, la extraía, la provocaba; pero jamás la tergiverso. Era credula; creia en  la gente, en su palabra, en su historia, en su posibilidad, en sus sueños, en su calidad. Era celosa, celaba sus pasiones, su odio, su singularidad. Hizo de si misma un motivo de admiración para los demás. Si en eso hubo vanidad, capricho, insolencia, nunca fue necia o soberbia. No conocio la humildad porque no conocio la resignación. Frida es una paradoja definitiva para  ejemplificar el poder de la rebeldia ante el destino, del triunfo de una actitud, de la belleza del ser consciente, de la voluntad tendida como flecha contra un destino adverso”
En 1946 la médica alemana Henriette Begun, radicada en México desde 1942, realizó una historia clinica de Frida, en la que puede leerse:
“Antecedentes personales
1910-1917:” (el año de nacimiento en incorrecto, Frida siempre dijo haber nacido el año de inicio de la Revolución Mexicana cuando en realidad habia sido el 6 de julio de 1907) “nacimiento normal. Durante este periodo:sarampion, varicela, amigadalitis frecuentes, desarrollo y peso normales.
1918: Golpe en pie derecho con un tronco de arbol; a partir de entonces, atrofia ligera en pierna derecha con ligero acortamiento y pie desviado hacia afuera. Algunos médicos diagnosticaron poliomielitis, otros tumor blanco.Tratamientos: baños de sol y calcio. Sin embargo la enferma hizo durante este tiempo vida normal, deportes, etc. Mentalidad normal. No sintio dolores o molestias.
1926: (el accidente del que se habla a continuacion realmente ocurrió el 17 de septiembre de 1925) Accidente que produce: fractura de tercera y cuarta vertebras lumbares, tres fracturas en pelvis, once fracturas en pie derecho, luxación de pie izquierdo, herida penetrante de abdomen producida por un tubo de hierro que entro por cadera izquierda saliendo por el sexo, rompiendo labio izquierdo. Peritonitis aguda. Cistitis con canalización por bastante dias. Encamada en la Cruz Roja por tres meses, la fractura de columna paso desapercibida por los médicos hasta que la enferma fue atendida por el doctor Ortiz Tirado, quien ordeno la inmovilizacion con un corsé de yeso durante nueve meses. Cuando le quitaron el aparato llevo una vida “normal” pero a partir de entonces tiene la sensación de cansancio continuo y a veces dolores en la columna y pierna derecha, que no la dejaran ya nunca”…


La Columna Rota.
Frida Kahlo.
Oleo sobre lienzo montado sobre masonite. 1944.
43 x 33 cm.
Colección Dolores Olmedo Patiño, Ciudad de México.


Es la inmovilizacion la que hace que Frida Kahlo cambie su destino profesional, cuando acudió a la Escuela Preparatoria en la Ciudad de México, en el viejo barrio estudiantil del hoy Centro histórico, lo hizo pensando en convertirse en médico, una profesión que no cursaban muchas mujeres en esa época, fue en dicha Escuela Preparatoria donde conoció al amor de su vida, el también pintor Diego Rivera.
La vida de la artista esta marcada por un entrar y salir de hospitales, consultorios y examenes de laboratorio, la historia clínica nos revela un enorme sufrimiento fisico a pesar del cual pintó con una sinceridad por demas dolorosa.
De noviembre de 1930 a junio de 1931 los Rivera vivieron en San Francisco California, es ahi donde conoce al Dr. Leo Eloesser, aunque hay autores que afirman que realmente se conocieron en Cuernavaca en una de las visitas del prestigiado médico a nuestro país, como haya sido el Dr. Eloesser se convertiría en el asesor médico mas confiable para la artista además de un gran amigo para ella, en esa época siguiendo la historia clinica de la Dra. Begun “ aumenta el dolor del pie derecho,  aumenta considerablemente la atrofia en pierna derecha hasta el muslo, se retraen los tendones de dos dedos del pie derecho, dificultando mucho el caminar normalmente. El Dr. Leo Eloesser diagnostica deformación congenita de columna, dejando como secundarias las causas del accidente. Setoman radiografías que acusan escoliosis considerables y aparente fusión de la tercera y cuarta lumbares con desaparición del menisco intervertebral. Aparece una pequeña ulcera trófica en pie derecho…”
Frida pintó este retrato del Dr. Leo en agradecimiento por su amistad y consejo médico que tanto apreciaba. Fue pintado en su casa en Leavenworth Street 2152. El Dr. Eloesser fue descrito como “un hombre bajo con el cuello como un pájaro, al cual le gustaban los cuellos de camisa almidonados y altos, parecía un hombre joven que se había vuelto viejo de repente y tocaba la viola de un modo horrible…”
El barco sobre la mesa es un modelo de un schooner similar al que poseía el Dr. y que sacaba a navegar en la bahia de San Francisco. Frida nunca había pintado un barco antes por lo que preguntó a Diego como pintar las velas. Le dijo “ pintalas como quieras”, las pinto planas y con rebordes y unidas al mastil  con anillos como cortinas. Frida llamó al barco los tres amigos en clara alusión a el Dr. Eloesser, a Diego Rivera y a ella misma. El nombre del barco fue pintado en el cuadro.






Retrato del Dr. Leo Eloesser.
Frida Kahlo.
Oleo sobre masonite. 1931.
85.1 x 59.7cm.
Universidad de California.
Escuela de Medicina de California. EEUU.

Regresa a México, nunca deja de pintar y muchos de sus cuadros reflejan el dolor y el sufrimiento que en carne propia sentía. Que puede ser más grande que la sinceridad del padecimiento en la redención del arte, que puede ser más propio que el dolor de uno mismo representado en una pintura. En 1939 es atendida por el Dr. Farrill en México, de quien hablaremos en otra oportunidad, se le aconseja realizar operación de Albee, incluido el propio Dr. Albee por carta aconseja lo mismo. El Dr. Eloesser se opone a dicha intervención y es trasladada a principios de 1940 de nuevo a San Francisco, Cal. Donde se le da reposo absoluto, sobrealimentación, prohibición de bebidas alcoholicas ( las cuales ingiria en grandes cantidades), electroterapia, calcioterapia. Se restablece un poco y vuelve a realizar su vida más o menos normal, que en el caso de Frida era salir, pasear, divertirse, vivir….
En agradecimiento por el tratamiento que estabilizó su condición, pinto un autoretrato para él. La dedicatoria inscrita en una banderola en la parte inferior dice: “Pinté mi retrato en el año de 1940 para el Doctor Leo Eloesser, mi médico y mi mejor amigo. Con todo mi cariño, Frida Kahlo”. Los pendientes o aretes que lleva fueron un regalo de Pablo Picasso, el cual conoció mientras estaba en París. La mano en la inscripción asi como los pendientes, hacen referencia a lo que en México se llama “milagros”. Milagros son piezas hechas de cera o marfil con la forma del cuerpo humano que la persona quiere sea curada, y se deja en los altares del santo al que rezan. El collar de espinas alrededor de su cuello es un recordatorio del dolor del cual el Dr. Eloesser la liberó. Fue él quien más tarde convenció a Diego Rivera de que se reconciliarán y se casara con Frida por segunda vez.
                 Autoretrato dedicado al Dr. Eloesser.
Frida Kahlo.
Oleo sobre masonite. 1940
59.5 x 40cm.
Colección Particular
       El Dr. Leo Eloesser moriria en 1976 y la pintura siempre estuvo en su  poder, en 2007 se publicó un libro “Querido Doctorcito, Frida Kahlo y Leo Eloesser. Correspondencia”, en dicha publicación se recogen las cartas escritas  por ambos entre 1931 y 1951 y es ahí donde se constata la relación tan cercana y afectiva que hubo entre el médico y su paciente, relación de amistad de coordialidad que perduró hasta la muerte de la artista.
Para leer mas: Tibol, Raquel.  Frida Kahlo Una Vida Abierta.Editorial Oasis. Colección Biblioteca de las Decisiones. 1983  México, DF.